Con una dotación de 480 millones de euros, la convocatoria de cadena de valor industrial de tecnologías limpias, está dirigida a proyectos de inversión industrial, tanto en nuevas instalaciones de fabricación como en la ampliación, transformación o relocalización de capacidades productivas ya existentes en España.
Tipología de proyectos
El texto en consulta plantea ayudas para proyectos que se encuadren en alguna de las siguientes líneas tecnológicas prioritarias, consideradas clave para la transición energética y la autonomía industrial europea:
- Almacenamiento eléctrico (fabricación de baterías, celdas, sistemas integrados y battery packs).
- Energía solar fotovoltaica (producción de paneles y componentes asociados como células, inversores o estructuras).
- Energía eólica (fabricación de turbinas, generadores, multiplicadoras, torres y palas).
- Bombas de calor renovables (ensamblaje y producción de compresores, intercambiadores y sistemas térmicos).
- Electrolizadores para hidrógeno renovable (componentes como stacks, membranas, placas bipolares o inversores específicos).
Se considerarán elegibles los proyectos centrados en:
- La producción de equipos principales relacionados con estas tecnologías.
- La fabricación de componentes esenciales, entendidos como aquellos elementos clave e indispensables para el funcionamiento del equipo principal.
Además de los activos materiales, se admitirán partidas asociadas a ingeniería, obra civil, montaje y puesta en marcha, siempre que estén vinculadas directamente al proceso productivo industrial. Esta orientación busca no solo fomentar la fabricación nacional de tecnologías limpias, sino también consolidar ecosistemas industriales completos en torno a cada cadena de valor estratégica.
Dotación y características económicas
La dotación total, de 480 millones de euros, está distribuida en dos líneas:
- Programa de Incentivos 1: 35 millones €, para proyectos de entre 1 y 30 millones €.
- Programa de Incentivos 2: 445 millones €, para proyectos de más de 30 millones €.
Además, se contempla la posibilidad de ampliar el presupuesto si las disponibilidades lo permiten, sin necesidad de nueva convocatoria.
En cuanto a la intensidad de las ayudas, el porcentaje subvencionable sobre los costes elegibles dependerá de la ubicación del proyecto y del tamaño de la empresa solicitante.
En general, se establece una intensidad base del 15%, con un límite máximo de ayuda de 150 millones de euros por proyecto, que podrá incrementarse en caso de ubicación del proyecto en una zona asistida, es decir, territorios reconocidos por la normativa europea como prioritarios para el desarrollo regional por presentar menores niveles de renta o empleo. En estas zonas, la intensidad de la ayuda podrá alcanzar:
- Zona asistida tipo “c”, la intensidad podrá ser de hasta el 20%, con un límite máximo de ayuda por proyecto de 200 millones de euros.
- Zona asistida tipo “a”, la intensidad podrá alcanzar el 35%, con un límite máximo de 350 millones de euros por proyecto.
Además, se prevén incrementos adicionales para las pequeñas y medianas empresas: un 10% adicional para medianas y un 20% para pequeñas empresas, aplicables sobre los límites anteriores.
Consulta Pública
El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ha publicado el borrador de las bases reguladoras y convocatoria de ayudas dirigidas a proyectos que fortalezcan la cadena de valor industrial de tecnologías necesarias para la transición energética.
se trata de un nuevo diseño normativo sometido a consulta pública, abierto a aportaciones del sector antes de su aprobación final. Esta iniciativa se enmarca en el componente 31 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), en su capítulo REPowerEU, y está financiada por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) de la Unión Europea.
Con esta nueva propuesta normativa, el IDAE busca reformular y ajustar los requisitos y condiciones para facilitar el acceso del tejido industrial, agotar los fondos disponibles y reforzar el atractivo de la iniciativa dentro del ecosistema nacional de fabricación de tecnologías limpias.
Una propuesta con enfoque estructural
El borrador de la convocatoria adopta como marco europeo de referencia el CISAF (Convenio por una Industria Sostenible, Autónoma y Fuerte), un instrumento regulatorio impulsado por la Comisión Europea en 2024 para fomentar una política industrial común y estructural en el ámbito de las tecnologías limpias. A diferencia de marcos anteriores de carácter excepcional o transitorio, como el Marco Temporal de Crisis y Transición (MTCT), el CISAF tiene un carácter permanente, estratégico y armonizado para todos los Estados miembro.
La finalidad de CISAF, es permitir ayudas públicas que refuercen la producción industrial europea de tecnologías clave —como baterías, paneles solares, bombas de calor o electrolizadores— siempre que contribuyan a objetivos de autonomía tecnológica, neutralidad climática y resiliencia industrial. Este marco también establece límites más definidos y criterios más exigentes sobre la elegibilidad, la intensidad de ayuda y el impacto esperado del proyecto, en línea con el Green Deal Industrial Plan y el Net-Zero Industry Act.
La adopción del CISAF en esta convocatoria representa un cambio relevante en el enfoque de apoyo público a la industria: ya no se trata solo de reaccionar ante una crisis, sino de construir capacidades productivas estratégicas de forma sostenida y coordinada en Europa.
Una oportunidad estratégica para la industria nacional
El diseño de esta convocatoria representa una gran oportunidad para la industria manufacturera nacional vinculada a tecnologías limpias. No solo por el volumen de recursos movilizados, sino también por su alineación con otras convocatorias que premian el uso de equipos fabricados en Europa.
Por ejemplo, en la reciente convocatoria de ayudas para proyectos innovadores de almacenamiento energético, cofinanciada con Fondos FEDER 2021-2027, se introdujeron criterios de valoración adicionales para aquellos proyectos que empleen equipos de origen europeo, en especial si proceden de proveedores con fabricación nacional. Este tipo de criterios está ganando peso en las políticas públicas de ayuda a la innovación y descarbonización, tanto a nivel nacional como europeo. Por tanto, el desarrollo de este tipo de proyectos puede partir con una clara ventaja competitiva clave, al convertirse en proveedor preferente para futuros proyectos que deseen presentarse a otras convocatorias —como las de despliegue de almacenamiento energético, producción de hidrógeno renovable o implantación de equipos para la producción de energía renovable térmica— en las que se valora positivamente el uso de equipos fabricados en Europa.
Este enfoque coordinado supone una ventana de oportunidad para la reindustrialización tecnológica, la reducción de dependencia exterior y la creación de empleo cualificado en sectores estratégicos.